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René Char: Furor y misterio

René Char

Furor y misterio

 

 

 

 

 

***«Te amo», repite el viento a todo lo que hace vivir. Te amo y vives en mí.

*** Que el día te mantenga en el yunque de su furor blanco.

***Mago de la inseguridad, el poeta sólo tiene satisfacciones adoptivas. Ceniza siempre inacabada.

***El poema siempre está casado con alguien.

***El poeta es el hombre de la estabilidad unilateral.

***Ser poeta es tener ganas de un malestar cuya consumación, entre los torbellinos de la totalidad de las cosas existentes y presentidas, provoca la felicidad en el momento de clausurarse.

***Canto el calor de rostro de recién nacido, el calor desesperado.

***La imaginación consiste en expulsar de la realidad a varias personas incompletas para obtener, echando mano de los poderes mágicos y subversivos del deseo, su retorno en forma de una presencia enteramente satisfactoria. Entonces se da lo inextinguible real increado.

***El poeta transforma indiferentemente la derrota en victoria, la victoria en derrota, emperador prenatal a quien solamente preocupa el libro del cielo.

***Soy el poeta, portador del pozo seco al que tus lejanías, amor mío, abastecen.

***Mediante un trabajo físico se mantiene uno al mismo nivel del frío exterior, y obrando así eliminamos el riesgo de ser anexionados por él. Pues en la hora del retorno a lo real no suscitado por nuestro deseo, cuando ha llegado el momento de confiar el navío del poema a su destino, nos hallamos en una situación análoga. Las ruedas –esos escombros– de nuestro molino petrificado se abalanzan, rascando aguas bajas y difíciles. Nuestro esfuerzo re-aprende sudores proporcionales. Y caminamos, luchadores abatidos pero nunca moribundos, en medio de testigos que nos exasperan y virtudes indiferentes.

***Tierra movediza, horrible, exquisita, y condición humana heterogénea se apropian una de otra y se cualifican mutuamente. La poesía se extrae de la suma exaltada de sus reflejos.

***El poema es el amor realizado del deseo que permanece deseo.

***Un ser que desconocemos es un ser infinito, susceptible de cambiar nuestra angustia y nuestro fardo en aurora arterial por medio de sus intervenciones… Entre inocencia y conocimiento, amor y nada, el poeta extiende todos los días su salud.

***El poeta es génesis de un ser que proyecta y de un ser que retiene. Del amante toma prestado el vacío; de la amada, la luz. Esta pareja formal, este doble centinela le confieren patéticamente su voz.

***El poeta recomienda: “Inclinaos, inclinaos más aún”. No siempre sale indemne de su página, pero, al igual que el indigente, sabe sacar partido de la eternidad de una aceituna.

***No te demores en el surco de los resultados.

***En la medida de lo posible enseña a ser eficaz, llegando al objetivo que se busca, pero no más allá. Más allá todo se torna humo. Donde hay humo está el cambio.

***Conducir la realidad hasta la acción como una flor deslizada en la boca ácida de los niños pequeños. Inefable conocimiento del diamante desesperado (la vida).

***A nadie pertenecemos salvo al punto de oro de esa lámpara, desconocida e inaccesible para nosotros, que mantiene la vigilia del valor y el silencio.

***Ser estoico supone quedarse quieto, con los lindos ojos de Narciso.

Hemos hecho recuento de todo el dolor que, llegado el caso, el verdugo podría extraer de cada pulgada de nuestro cuerpo; después, con el corazón en un puño, hemos avanzado para hacer frente.

***Los niños se aburren los domingos. Pessereau propone la semana de veinticuatro días para fraccionar el domingo. Una hora de domingo añadida a cada día, preferiblemente a la hora de la comida, puesto que no queda pan seco… Pero que le hablen más del domingo.

***La inteligencia con el ángel, nuestro cuidado primordial… (Ángel: aquello que, en el interior del hombre, se mantiene apartado del compromiso religioso, la palabra del más alto silencio, el significado que no se evalúa. Afinador de pulmones que dora los racimos vitaminados de lo imposible. Conoce la sangre, ignora lo celeste. Ángel: la vela que se inclina al norte del corazón).

***El poeta no puede permanecer mucho tiempo en la estratósfera del Verbo. Debe acurrucarse en lágrimas nuevas y avanzar más adelante en su ordenanza.

***Presente dentado.

***León afirma que los perros rabiosos son bellos. Lo creo.

***Desposa tu casa y no la desposes.

***Tiempo en que el cielo extenuado penetra en la tierra y el hombre agoniza entre dos desprecios.

***Nos hallamos desgarrados entre la avidez de conocer y el desespero de haber conocido. El aguijón no renuncia a su escozor, ni nosotros a nuestra esperanza.

***Disciplina ¡cuánto sangras!

***Entre los dos disparos que sellaron su destino, tuvo tiempo de llamar a una mosca: “Señora”.

***Señores, la nieve está esperando a la nieve para un trabajo sencillo y puro, en el límite entre el aire y la tierra.

***Virgen el acto, incluso al repetirse.

***No tengo miedo. Sólo vértigo. Necesito reducir la distancia entre el enemigo y yo. Hacerle frente horizontalmente.

***Arrancarlo de su tierra de origen. Volver a plantarlo en el suelo presumiblemente armonioso del porvenir, habida cuenta de un éxito inacabado. Hacerle palpar el progreso sensorialmente. Tal es el secreto de mi habilidad.

***El poema es ascensión furiosa; la poesía, el juego de las riberas áridas.

***A nuestra herencia no le precede ningún testamento.

***El silencioso alcohol de los demonios.

***Veo al hombre perdido a fuerza de perversiones políticas, confundiendo la acción con la expiación, llamando conquista a su aniquilamiento.

***Noche, con toda la velocidad del búmeran tallado en nuestros huesos, silbas, silbas.

***Si creemos al subsuelo de la hierba donde cantaba una pareja de grillos esta noche, la vida prenatal debía de ser muy dulce.

***Hay situaciones en que lo más importante es domesticar a tiempo la euforia.

***El consentimiento ilumina el rostro. El rechazo le confiere la belleza.

***Todo lo que el rostro tiene de cólera y no levanta la voz.

***Imaginación, niña mía.

***El espíritu, a lo largo y a lo ancho, como ese insecto que en cuanto la bombilla se apaga rasca la cocina, revuelve el silencio, tritura la porquería.

***Toda la masa de aroma de estas flores para serenar la noche que cae sobre nuestras lágrimas.

***La eternidad es apenas más larga que la vida.

***No escribiré poema de consentimiento.

***Acumula, y luego distribuye. Sé la parte del espejo del universo más densa, más útil y menos aparente.

***Mantén frente a los demás lo que te has prometido a ti mismo. Tal es tu contrato.

***El fruto está ciego. Es el árbol quien ve.

***A Ketty, la perra, le complace tanto como a nosotros recoger los envíos. Corre de un lado a otro sin ladrar, sabiendo audazmente de qué va la cosa. Una vez concluida la faena, se tiende feliz sobre la duna de los paracaídas y se duerme.

***La lucidez es la herida más cercana al sol.

***¡Ven a nosotros que nos tambaleamos de insolación, hermana sin desprecio, noche!

***Curar el pan. Sentar el vino a la mesa.

***La duda se halla en el origen de toda grandeza. La injusticia histórica se afana en no mencionarlo. Semejante duda es genio. No confundirla con lo incierto provocado por el desmigajamiento de los poderes de la sensación.

***Húndete en lo desconocido que excava. Oblígate a girar.

***El ser humano es capaz de hacer lo que es incapaz de imaginar. Su cabeza surca la galaxia de lo absurdo.

***Di lo que el fuego duda en decir. Sol de aire, claridad que se atreve, y muere de haberlo dicho para todos.

 

 

 

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