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Vicente Huidobro: Vientos Contrarios

Vicente Huidobro

VIENTOS CONTRARIOS

 

 

 

 

 

 

 

  • Un choque de trenes en un desierto en donde nunca ha pasado nada.

 

  • El héroe todo lo hace heroico en torno suyo; el amante hace todo lo que le rodea amable y apasionado; el poeta hace todo maravilloso y extrahumano junto a él. Vivid cerca de estos hombres si queréis vivir. Cuando en un hombre, por rara excepción, se juntan el poeta, el amante y el héroe, entonces no le soltéis de la solapa si queréis vivir en un milagro continuo. Seguidlo en sus evoluciones, siempre que no temáis el vértigo.

 

  • En los escándalos sociales, generalmente los que dan el escándalo son menos escandalosos que los que se escandalizan. Estos infelices por algo gozan de poderse mostrar escandalizados. Almas sucias que creen reivindicar su interior con aspavientos interiores.

 

  • La virtud tiene una antipatía natural; una antipatía suya, propia; una antipatía de institutriz inglesa.

 

  • Un defecto afirmándolo (si sabes afirmarlo) se convierte en cualidad.

 

  • No creo en el amor de aquellos que temen a la sociedad o a los peligros por su vida. Temen morir socialmente y temen morir realmente. El amor no conoce el miedo sino de perder al objeto amado. La reina María Antonieta de Francia decía muy a menudo: “Ama muy poco el que teme morir”.

 

  • Las tempestades externas sirven para aturdir el dolor espiritual y apagar el ruido de las tempestades internas.

 

  • No eches agua en tu vino. (Consejo de un escritor).

 

  • El mar se angustia y llora y se golpea en el pecho. ¿Recuerdas todo el mal que has hecho?

 

  • Compromete la tranquilidad pública.

 

  • Un hombre sin cadenas desconcierta a los otros hombres. Su libertad, su emancipación de toda esclavitud es un insulto.

 

  • Un hombre desnudo pesa más que vestido.

 

  • Una reina desnuda es una mujer; una mujer desnuda es una reina.

 

  • No des miel a las abejas.

 

  • Un rayo de sol achica el cuarto.

 

  • Vacaciones: una ventana al mar y otra ventana al campo. Dos aburrimientos para matar un aburrimiento.

 

  • Hacia fines del año 1923 llegó a París un noble turco de ciento cinco años. Comisionado por un diario para hacerle una entrevista, al preguntarle qué venía a hacer a París, el maravilloso turco me respondió: “vengo a vivir mi vida”.

 

  • Si yo ejecuto tal acto hago sufrir a otras personas, pero yo me procuro una felicidad. Si no lo ejecuto me procuro yo un sufrimiento y no les procuro a ellos ninguna felicidad. Ellos permanecen indiferentes. Yo pierdo una felicidad y gano un sufrimiento; ellos pierden un dolor y no ganan nada. ¿De cuál de los lados está el egoísmo?:

Yo = (-) 1 felicidad, (+) 1 sufrimiento

Ellos = 1 sufrimiento

     Yo recibo dos palos y ellos una torta.

 

  • He oído un ruido de cadenas que se rompen. Ha nacido un hombre.

 

  • A veces nos preguntamos: “¿Qué va a aquedar de este delirio en mi corazón, una huella de tumba o un pedestal de gloria?”

 

  • Sé hombre; cae, levántate, yerra, equivócate. Pero sé espontáneo en el error.

 

  • La vida es una cuestión de vida o muerte.

 

  • El hombre que dice verdades inspira antipatía en los hombres débiles.

 

  • En la vida las personas auténticas parecen a veces las más falsas.

 

  • Declaración ante notario: No me arrepiento de nada de lo que he hecho en mi vida. Pienso, como Nietzsche, que los remordimientos de conciencia son una asquerosidad.

 

  • Hay besos en la noche que brillan como luciérnagas.

 

  • El odio es la debilidad de los débiles.

 

  • —Te burlas de lo establecido, eres un destructor.

—Es que llevo en mí a un arquitecto.

 

  • El odio es la debilidad de los débiles.

 

  • Mascar cadenas, he ahí el plato más delicioso para el Hombre.

 

  • Las mejores cosas sobre mí las han dicho siempre mis enemigos.

 

  • Tengo el cráneo trizado por los golpes de mi imaginación.

 

  • En la vida se trata de hacer palpitar el corazón un poco más ligero que de costumbre.

 

  • Un hombre, un verdadero hombre, no tiene principio ni fin. Como Dios.

 

  • “El amor y la razón son dos viajeros que nunca moran juntos en el mismo albergue. Cuando el uno llega, parte el otro.” Esta frase es de Walter Scott. Pienso, como Stendhal, que el hombre que no ha amado apasionadamente ignora la mitad más hermosa de la vida. Como son muy pocos los hombres capaces de grandes amores, de ahí que hay tan pocas vidas realmente hermosas.

 

  • Hay hombres demasiado razonables para poder ser razonables.

 

  • No hay nada más difícil que saber ser loco. ¡Qué cantidad de buen criterio se necesita para ser loco!

 

  • Sólo un loco sabe distinguir dónde termina la razón y principia la locura.

 

  • La pretensión de los cuerdos consiste en creerse locos y la pretensión de los locos consiste en creerse cuerdos.

 

  • Los hombres quieren divinizarse y los dioses quieren humanizarse.

 

  • Un hombre lleno de prejuicios es como una cara hermosa cruzada de tafetanes.

 

  • Hacer lujo de una virtud es convertirla en vicio. (Y sobre todo indica no poseerla naturalmente, sino estar admirad de poseerla.)

 

  • Ayúdate, que Dios no te ayudará.

 

  • Dios propone y el hombre dispone.

 

  • Y el tonto obedece y se cree fuerte y proclama el vigor de su voluntad.

 

  • Esa perla sola, triste en el pecho de esa dama, ¿te acuerdas?, parecía llorar recordando su ostra (y las historias de naufragios que le contaban los caracoles en su infancia).

 

  • Has despedazado las leyes de tu corazón para someterte a las leyes de tu tribu.

 

  • Un moralista: Un señor que sufre vértigo al mirar su corazón y se cubre los ojos con las tablas de la ley.

 

  • ¿Eres un hombre o un hombrín? Arroja al mar tus prejuicios, arroja al mar los principios, arroja al mar el deber, arroja a las olas la moral, arroja a las olas las conveniencias y tu seguridad. Abandona tu familia, tu hogar, tu patria y no me sigas.

 

  • Se llama hombrín todo aquel que renuncia a vivir su vida, que renuncia a su propia persona, en nombre de vagos acuerdos tomados por personas extrañas.

 

  • El hombre es un animal tan serio que todo lo toma en serio. Es una bestia cargada de problemas, tan cargada que nunca alcanza a llegar al término de sus días (se muere de fatiga a mitad de camino), el pobre burro trascendental.

 

  • La voluntad da martillazos en el corazón. El hombre se convierte en un animalillo prudente. Tantea y no se arriesga. Me place pensar hasta dónde llevará al hombre el afán de dominar los instintos. ¿Es que vamos a convertir el mundo en una marmolería?

 

  • Te veo pálido, cabizbajo, triste, avergonzado. Se diría que andas escondiéndote de tu propia persona y de los demás como un verdugo. Eres el verdugo de ti mismo. Da rienda suelta a tus caprichos, cobarde; recobra la alegría del hombre sano que baila desnudo en medio de la luz del sol.

 

 

 

 

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